Tenia la intención de hacer una entrada sobre el trasplante de riñón como proceso en sí, alejado un poco de las experiencias subjetivas que suelo leer. Al final, no he encontrado nada mas aseptico que la wikipedia, asi que he fusilado el artículo (complementado con algunas cosillas) y espero que cumpla su función ;)
El trasplante de riñón o trasplante renal es el trasplante de
un riñón en un paciente con enfermedad
renal avanzada. Dependiendo de la fuente del órgano receptor, el
trasplante de riñón es típicamente clasificado como de donante fallecido
(anteriormente conocido como cadavérico), o como trasplante de donante vivo.
Los trasplantes renales de donantes vivos se caracterizan más a fondo como
trasplante emparentado genéticamente (pariente-vivo) o trasplante no
emparentado (no emparentado-vivo), dependiendo de si hay o no una relación
biológica entre el donante y el receptor.
Un poco de historiaLos primeros trasplantes de riñón exitosos fueron hechos en Boston y París en 1954. El trasplante fue hecho entre los gemelos idénticos, para eliminar cualquier problema de una reacción inmune. La popularización del trasplante renal fue lenta. Por ejemplo, el primer trasplante de riñón en el Reino Unido no ocurrió hasta 1960 cuando Michael Woodruff realizó uno en Edimburgo entre gemelos idénticos. El trasplante de donante difunto se introdujo en 1964, cuando comenzó el uso rutinario de medicamentos para prevenir y tratar el rechazo agudo. El riñón era el órgano más fácil a trasplantar, pues la prueba de compatibilidad de tejidos era simple, el órgano era relativamente fácil de extirpar e implantar, los donantes vivos podían ser usados sin dificultad, y en caso de fallo, quedaba la alternativa de la diálisis. La prueba de compatibilidad de tejidos es esencial para el éxito, las primeras tentativas en los años 1950 en personas que padecían la enfermedad de Bright habían sido muy poco exitosas. El trasplante fue hecho por el Dr. Joseph Edward Murray, quien recibió el Premio Nobel de Medicina en 1990. El donante está vivo todavía en fecha de 2005; el receptor murió ocho años después del trasplante. En 2003 se realiza un trasplante a un bebe de menos de 5 kilos en el Hospital de Hebrón (Barcelona)
Indicaciones
La indicación para el
trasplante de riñón es la enfermedad renal
crónica avanzada (ERCA), sin importar la causa primaria. Las
enfermedades comunes que conducen a la enfermedad renal crónica incluyen la hipertensión, infecciones, diabetes mellitus y glomerulonefritis; la causa genética más
frecuente es la enfermedad
poliquística renal.
Generalmente, suele ser
condición que el paciente haya iniciado algún tipo de terapia renal
sustitutiva, pero en algunos casos se indica el trasplante cuando el
paciente aún conserva algo de función renal.
Contraindicaciones
La mayoría de los
autores coincide en seis
contraindicaciones del trasplante de riñón absolutas:
1. Pacientes que no
vivirán más de un año.
2. Neoplasias malignas.
3. Infección crónica (o
aguda) no controlada.
4. Enfermedad
extrarrenal grave (hepatopatía crónica, enfermedad coronaria trivascular, enfermedad
pulmonar obstructiva crónica avanzada, enfermedad vascular periférica grave,
entre otras).
5. Incumplimiento
terapéutico.
6. Enfermedad
psiquiátrica grave que daña el cumplimiento de la terapéutica.
La mayor parte de los
centros incluyen dentro de las contraindicaciones absolutas al alcoholismo y la
farmacodependencia (inclusive el tabaco en algunos pocos centros), la
incompatibilidad ABO, la presencia de pruebas cruzadas positivas y pacientes
con alto riesgo perioperatorio.
Como comentamos previamente,
una de las principales contraindicaciones para el trasplante es la
existencia de alguna neoplasia maligna, ya que la terapia inmunosupresora tiene
una influencia negativa sobre la historia natural de la enfermedad tumoral,
además de que en varias de las neoplasias, dependiendo del estadio en que se
encuentren, la sobrevida es significativamente baja, inclusive en algunas,
siendo de meses. Por estas razones es importante realizar un tamizaje
efectivo para búsqueda de alguna neoplasia pretrasplante, para así
disminuir la incidencia de neoplasias postrasplante, la cual llega a ser
condicionante de 9 a 12% de las muertes en estos pacientes. Además es
recomendable esperar un tiempo razonable entre la finalización del tratamiento
para determinadas neoplasias curables y el trasplante renal, para así disminuir
la tasa de recurrencias de la malignidad.
Hay pocos datos de
trasplantes en personas de más de 80 años, y muchos centros no trasplantarán
dichos pacientes. Sin embargo, esto probablemente cambiará pronto.
Recientemente el cáncer, el abuso de sustancias activas, o la
falta en adherirse a los regímenes médicos prescritos pueden hacer a alguien
inelegible para un trasplante.
Fuentes de riñones
El 15% de los
trasplantes del riñón son de donantes vivos, el otro 85% son de donantes
fallecidos. Puesto que los medicamentos para prevenir el rechazo son muy
efectivos, los donantes no necesitan ser genéticamente similares al receptor.
Donantes vivos
Los donantes vivos
potenciales son cuidadosamente evaluados en su cimientos médicos y
psicológicos. Esto asegura que el donante está en buena forma para la cirugía y
no tiene ninguna enfermedad del riñón, mientras que se confirma que el donante
es puramente altruista. Tradicionalmente, el procedimiento para el donante ha
sido a través de una incisión pero la donación viva cada vez más ha procedido
por cirugía
laparoscópica. Esto reduce el dolor y acelera vuelta al trabajo para
el donante con efecto mínimo sobre el resultado del riñón. En forma total, los
receptores de riñones de donantes vivos evolucionan extremadamente bien en
comparación con los donantes fallecidos.
Donantes fallecidos
Los donantes difuntos
pueden ser divididos en dos grupos:
- Donantes en muerte cerebral (BD)
- Donantes en corazón parado (NHB)
Los donantes en muerte
cerebral (o con 'corazón latiendo') , el corazón del donante continúa bombeando
y manteniendo la circulaciónmediante soporte
vital en las unidades de cuidados intensivos, es decir con soporte de fármacos
y respiración mecánica o asistida. Esto permite que los cirujanos comiencen a
operar mientras los órganos todavía están siendo perfundidos. Durante la
operación, la aorta será canulada,
y después la sangre de los pacientes será sustituida por una solución helada de
almacenamiento, como UW (Viaspan), HTK o Perfadex o
Custodiol (más de una solución puede ser usada simultáneamente dependiendo de
cuáles son los órganos a trasplantar). Debido a la temperatura de la solución,
una vez que se vierten grandes cantidades de solución de cloruro de sodio frío sobre los órganos
(para un rápido enfriamiento éstos) el corazón deja de bombear.
Los donantes a los que
no les late el corazón son pacientes que no entran dentro del criterio de muerte cerebral, pero no tienen ninguna oportunidad
de recuperación. Normalmente, algunos minutos después de que la muerte se haya
producido, rápidamente, el paciente es llevado al quirófano, donde los órganos
son extraídos, después de lo cual la solución de almacenamiento es irrigada a
través de los órganos directamente. Dado que la sangre ya no está circulando,
la coagulación debe
prevenirse con grandes cantidades de agentes anticoagulantes, como la heparina.
Compatibilidad
Históricamente, el
donante y el receptor tenían que ser del mismo grupo sanguíneo, y compartir tantos HLA y
«antígenos de menor importancia» como sea
posible. Esto disminuye el riesgo de rechazo,
la necesidad de diálisis, y
mejora el pronóstico del injerto a corto y largo plazo.
Hoy en día, la
compatibilidad de grupo sanguíneo AB0 sigue siendo un requisito para evitar
el rechazo hiperagudo,
aunque en algunos centros se llevan a cabo los denominados trasplantes AB0
incompatibles. Para ello, es imprescindible realizar acciones que eviten este
rechazo, como utilizar plasmaféresis, inmunoglobulina intravenosa o fármacos
especiales como los anticuerpos antiCD20.
En cuanto a la histocompatibilidad,
aunque se intenta elegir receptores que compartan el mayor número de HLAs, hoy
en día no es un factor determinante, ya que la utlización de pautas adecuadas
defármacos inmunosupresores disminuye el
riesgo de rechazo, al menos a corto y medio plazo.
Lo que sí es esencial es
descartar que el receptor no tenga anticuerpos preformados contra alguna
proteína del donante, lo que produciría una destrucción inmediata del riñón
trasplantado. Para descartarlo, se realiza una prueba antes del trasplante
denominada prueba
cruzada, consistente en enfrentar células de donante y receptor y
descartar reacciones. Estas situaciones se suelen dar en pacientes que han
recibido trasplantes previos, transfusiones de
hemoderivados o en mujeres que han tenido varias gestaciones y se han sensibilizado a
través del feto.
La evaluación
inmunológica antes del trasplante renal comprende los siguientes exámenes:
- Determinación del grupo sanguíneo AB0.
- Tipificación del haplotipo de HLAs del receptor, y de sus posibles donantes en caso de un trasplante de donante vivo.
- Pruebas cruzadas (en inglés, crossmatch).
- Evaluación de la reactividad contra el panel (clásicamente denominado PRA, del inglés panel reactive antibodies). Consiste en comprobar la reactividad del suero del receptor ante un conjunto de sueros de potenciales donantes, que representan los HLA de la población de su entorno. Es una forma de predecir la posibilidad de rechazo cuando llegue el trasplante. Se expresa en porcentaje.
Puesto que en la mayoría
de los casos los riñones existentes, que apenas están funcionamiento, no son
extirpados, el nuevo riñón normalmente es colocado en un lugar diferente del
riñón original (generalmente en la fosa ilíaca derecha
dado su mejor abordaje quirúrgico), y como resultado a menudo es necesario usar
una fuente diferente de sangre:
La arteria renal, previamente ramificada de
la aorta abdominal en
el donante, a menudo es conectada con la arteria ilíaca interna o hipogastrica.
La vena renal, que previamente drenaba a la vena cava inferior en
el donante, a menudo es conectada con la vena
ilíaca externa.
El ureter del riñón
implantado se une mediante sutura a la vejiga para drenar la orina formada.
Trasplante de riñón y páncreas
Ocasionalmente, el riñón
es trasplantado junto con el páncreas. Esto es un hecho en pacientes
con diabetes mellitus tipo
I, en la cual la diabetes se debe a la destrucción de las células beta del páncreas y en la que ha
causado la insuficiencia renal (nefropatía diabética).
Casi siempre, se trasplantan órganos de donantes difuntos en estos casos.
Solamente se han hecho algunos trasplantes (parciales) de donantes vivos. Para
los individuos con diabetes e insuficiencia renal, las ventajas de un trasplante
temprano de un donante vivo son aproximadamente iguales a los riesgos de la
diálisis continua hasta que un riñón y un páncreas combinados estén disponibles
de un donante difunto.
Estos procedimientos son
comúnmente abreviados como sigue:
·
"trasplante SKP", para
"trasplante riñón-páncreas simultáneo"
·
"trasplante PAK", para
"trasplante de páncreas después del de riñón"
(Por contraste, "PTA" se refiere al "trasplante de páncreas solamente").
(Por contraste, "PTA" se refiere al "trasplante de páncreas solamente").
El páncreas puede venir
de un donante fallecido así como de uno vivo. Un paciente puede conseguir un
riñón vivo seguido por un donante de páncreas en una fecha posterior (PAK, o
páncreas después de riñón) o un páncreas-riñón combinado de un donante (SKP,
riñón-páncreas simultáneo).
El trasplante sólo de
las células islote del
páncreas todavía está en la etapa experimental, pero se muestra prometedor.
Esto implica tomar un páncreas de donante fallecido, romperlo, y extraer las
células de islote que producen la insulina. Entonces, las células son inyectadas
a través de un catéter en el receptor
y ellas generalmente se alojan en el hígado. El receptor todavía necesita tomar
inmunosupresores para evitar el rechazo, pero no se requiere ninguna cirugía.
La mayoría de la gente necesita 2 ó 3 de tales inyecciones, y muchas no quedan
totalmente libres de insulina.
Post operación
La cirugía del
trasplante dura cerca de 3 horas. El riñón del donante será colocado en el bajo
abdomen. Los vasos sanguíneos del riñón del donante serán conectados con las
arterias y venas en el cuerpo receptor. Una vez hecho esto, la sangre vuelve a
fluir a través del riñón, minimizándose el tiempo de isquemia. En la mayoría de
los casos, el riñón pronto comenzará a producir la orina.
Puesto que la orina es estéril, ésta no tiene ningún efecto en la operación. El
último paso es conectar el uréter del riñón del donante con la vejiga del receptor.
El riñón nuevo
normalmente comienza a funcionar inmediatamente después de la cirugía, pero
dependiendo de la calidad del órgano éste puede tardar algunos días (riñón
vago). La estancia habitual del receptor en el hospital está entre 4 y 7 días.
Si se presentan complicaciones, se pueden administrar medicinas adicionales
para ayudar al riñón a producir orina.
Las medicinas son usadas
para suprimir el sistema inmune y evitar el rechazo del riñón del donante.
Estas medicinas deben ser tomadas de por vida por el paciente. Hoy, el
tratamiento más común de medicamentos es: tacrolimus, micofenolato,
y prednisona. Algunos pacientes pueden
tomar ciclosporina (la
ciclosporina A inhibe la síntesis de ILK en los linfocitos T), rapamicina, o azathioprine,
en lugar de los primeros.
El rechazo agudo puede
ocurrir en el 10% al 25% de las personas durante los primeros 60 días después
del trasplante. El rechazo no significa la pérdida del órgano, sino que puede
requerir un tratamiento adicional.
Complicaciones
Actualmente el
trasplante renal es el tratamiento de elección de la enfermedad renal crónica
avanzada. Esto es así, porque los beneficios superan ampliamente los riesgos
potenciales. No obstante, como en todo procedimiento médico, pueden aparecer
complicaciones, tanto por la técnica quirúrgica como del
funcionamiento del propio injerto o de la medicación inmunosupresora.
Rechazo del trasplante,
que puede ser hiperagudo, agudo, o crónico. El rechazo hiperagudo puede
iniciarse en minutos o días,y en él se produce isquemia y trombosis
microvascular como consecuencia del daño endotelial, requiriéndose una
nefroctomía del injerto. El rechazo agudo se puede iniciar al cabo de semanas
postintervención, con origen celular, por el infiltrado y la leucocitosis, y
precisa de tratamiento con esteroides y anticuerpos monoclonales. El rechazo
crónico se inicia al cabo de meses o años como consecuencia de una respuesta
inmune humoral y celular. Cursa con atrofia tubular, glomerulopatía y aumento
de la íntima arterial, y no tiene tratamiento, recomendándose el control
regular de la tensión arterial del paciente.
Infecciones debidas a la disminución de
las defensas del organismo que producen los fármacos inmunosupresores
requeridos para disminuir el riesgo de rechazo:
Infecciones bacterianas de cualquier
localización.
Infecciones virales, siendo los agentes más
importantes el CMV, el VEB y
el virus BK.
Una tendencia discretamente mayor a padecer algunos tipos de cáncer, también como resultado del tratamiento
inmunosupresor (incidencia del 3% en el primer año, y hasta el 50% a los quince
años), siendo el más frecuente el cáncer de piel.
Uno de los más temidos (aunque muy infrecuente) es el desorden linfoproliferativo post-trasplante (o
DLPT), una forma de linfoma de células B que se asemeja al linfoma de Burkitt.
Desequilibrios
en los electrolitos, incluyendo el calcio y el fosfato, que pueden conducir, entre otras
cosas, a problemas en los huesos.
Otros efectos secundarios de los medicamentos, incluyendo la inflamación y la ulceración gastrointestinales del estómago y del esófago, hirsutismo (excesivo crecimiento del pelo
en un patrón masculino), pérdida del pelo, obesidad, acné, diabetes mellitus (tipo 2), hipercolesterolemia y
otros.
Pronóstico
Estudios recientes han
indicado que el trasplante de riñón es un procedimiento para alargar la vida.
El paciente tipo vivirá entre 10 a 15 años más con un trasplante de riñón que
permaneciendo en diálisis. Los años de vida ganados son más para pacientes más
jóvenes, pero incluso los pacientes de 75 años, el grupo de edad más avanzada
para el que hay datos, ganan un promedio de 4 años de vida con un trasplante de
riñón. La calidad de vida aumenta, desapareciendo problemas relacionados con la
diálisis como la restricción de líquidos, la dieta estricta, el cansancio, los
calambres, la afonía...
El tiempo medio de vida
de un riñón trasplantado es de entre 10 a 15 años. Cuando un trasplante falla
un paciente puede optar por un segundo trasplante, y puede tener que volver a
la diálisis por algún tiempo.
Algunos estudios parecen
sugerir que cuanto más tiempo haya permanecido un paciente en diálisis antes
del trasplante, menos tiempo durará el riñón[cita requerida].
No está claro por qué ocurre esto, pero subraya la necesidad de remitir
rápidamente a un programa de trasplante a un paciente una vez detectada la
insuficiencia renal crónica. Idealmente, el trasplante renal debe producirse
antes de que el paciente comience en diálisis.
Por lo menos tres
atletas profesionales han regresado a sus deportes después de recibir un
trasplante – Los jugadores del NBA Sean Elliott y Alonzo Mourning, Jonah Lomu, una leyenda del rugby neozelandés e Ivan Klasnić, un futbolista internacional
croata.
Requisitos del trasplante de riñón
Los requisitos del
trasplante de riñón varían de un programa a otro y de un país a otro. Muchos
programas ponen límites en la edad (por ejemplo, la persona debe tener menos de
69 años de edad cuando se ingresa en la lista de espera) y requiere que la
persona deba estar en buen estado de salud (aparte de la enfermedad del riñón).
Una enfermedad
cardiovascular significativa, las enfermedades infecciosas
terminales incurables (por ejemplo, sida)
y el cáncer a menudo son criterios de
exclusión del trasplante. Además, se comprueba que los candidatos serán muy
cuidadosos con los tratamientos médicos postrasplante, ya que deberán tomar esa
medicación de por vida porque es esencial para la supervivencia del trasplante.
Pueden ser excluidas las personas con enfermedades mentales y/o con
significativos problemas de abuso de sustancias.
Estadísticas del trasplante de riñón
Estadísticas por país,
año y tipo de donante
|
||||
País
|
Año
|
Donante
fallecido |
Donante
vivo |
Total de
trasplantes |
2000
|
724
|
388
|
1.112
|
|
2003
|
1.991
|
136
|
2.127
|
|
2003
|
1.489
|
135
|
1.624
|
|
2011
|
2.186
|
312
|
2.498
|
|
2003
|
1.297
|
439
|
1.736
|
|
2003
|
8.667
|
6.479
|
15.137
|
El activista aborigen australiano Charles
Perkins, es el receptor superviviente con más tiempo de un trasplante de riñón,
dado que vivió 28 años con su órgano donado.
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