Ingredientes (4 personas):
400 g. de judías blancas
200 g. de jamones de pollo
200 g. salchichas frescas de pollo
1/2 vaso de vino
1 vaso de agua
200 g. tomate triturado
50 g. cebolla
50g. pimientos
50 g. zanahoria
2 cucharadas de aceite
Pimienta negra, romero, orégano, ajo molido
El día anterior a la realización del plato ponemos a remojo las judías y las verduras, sustituyendo el agua a la mañana siguiente. Ya en el momento de realizar el plato, calentamos el aceite en una olla y añadimos la cebolla, los pimientos y la zanahoria, que habremos tenido en remojo (o en su defecto congeladas), y dejamos repasar unos minutos hasta que cojan algo de color. Entonces añadimos las salchichas y los jamoncitos de pollo para que se doren una mínima, tras lo cual echaremos el tomate triturado, el vino, el agua, las judías y las especias (yo uso romero y orégano naturales de mis suegros que dan un sabor increíble, pero eso va en gustos) y dejaremos cocer a fuego medio durante una horita.
La receta original, tal y como yo la comí en Francia, incluía fiambre de pavo, carne de cordero, grasa de pato y cambiar los jamones de pollo por pato confitado y las salchichas frescas por salchichas de Toulouse. Vamos, que al adaptar el plato he tenido que quitar mucha grasa, pero que sepais los ingredientes originales tampoco esta de más. A nivel de presentación (los de mis tapers lo acabaré por patentar) se suele presentar en una cazuelita de barro y cubierto todo el plato por pan rallado que se tuesta al grill. Queda muy bonito pero es poco práctico para llevar al trabajo.
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